En el puerto ondea la bandera blanca

El objetivo de la polarización es salvaguardar la democracia de uno (la del otro nunca lo es)
Bandera refugio en tiempos de crisis

  Escuchando un tema ya antiguo -1987- de Franco Battiato, tengo la sensación de que acaba de publicarlo, dada la situación actual de polarización

     Y no, no me refiero a las corrientes de frio polar que nos visitan últimamente. Aunque ahora que lo pienso, igual hay alguna relación, pues el frío es distancia, y nada nos distancia más que la polarización, la tendencia a los extremos, al pensamiento dicotómico: uno y su contrario, sin más opciones. ¿O no?

     Se ve que los ingenieros sociales (imprescindibles en todo pueblo que se precie, pues son los creadores de tendencias y hasta de pensamiento: lo que nos debe gustar o no, pensar y hasta sentir)  han decidido que los grises no son buenos colores y que con el negro y el blanco tenemos más que suficiente. Que las medias tintas no son más que un derroche en tiempos de crisis, así como que la gente que está entre los polos, no radicalizada y conciliadora, en fin, la gente aficionada a los acuerdos, en realidad están en el limbo, lugar inútil e improductivo según nuestros ilustres ingenieros. 

     Si cual avestruces, los tolerantes no quieren esconder sus cabezas, los mandamases se encargan de taparlas, por el bien superior de salvaguardar a nuestra democracia, y no otro (no pienses mal, que ya te veía venir)

    Y como los extremos, dicen, que se tocan... al final es un pensamiento, si puede denominarse así, único (aunque muy al final, me parece, no sé...), como debe serlo una democracia ¡única!

No polarizas...¡no existes!

     En estos momentos, demasiado largos, de pandemia y restricciones de todo tipo, la fatiga está haciendo mella en la población y necesitamos que, ahora que estamos tanto tiempo en casa sin apenas comunicarnos presencialmente unos con otros y que nuestras ventanas son las tv y las redes sociales, necesitamos, repito, que nos envíen mensajes sobre el origen y mantenimiento de nuestras penas, mensajes de crispación culpabilizando a unos o a otros, ahorrándonos el penoso y agotador trabajo de pensar y analizar por nuestra cuenta, con el riesgo de llegar a conclusiones equivocadas. Por nuestra salud, ya se encargan de informarnos de lo que nos debe convenir saber. 

     Los intermediadores, los conciliadores, no interesan y simplemente no los visibilizan, lo que no  sale por los medios no existe, por más pruebas en contra que el ciudadano medio (literalmente, alguno está a medio hacer) encuentre y aporte. Las redes sociales se encargan de invisibilizarlos y si protestan (porque los hay maleducados) la ingeniería I.A. los invisibiliza y bloquea cuando persisten en su ignorancia, para prevenirlos de males mayores, como el diálogo. 

 Divide y vencerás... 

    ¿Cuántos siglos se lleva diciendo esta gran verdad? La polarización es reforzar la separación del otro, que es el errático, el fracasado, el inútil, el ignorante, el malo en definitiva; porque yo soy el mejor y el que más sabe aunque no tenga estudios (al ser superior no se necesita tenerlos, al parecer). Extrapolado socialmente es: nosotros somos los mejores, poseemos la razón y tenemos que gobernar o ganar (si son equipos) y los otros son peores, están equivocados y no son conscientes de su ignorancia y solo quieren tener el poder o ganar. 

     Esos mensajes se divulgan repetidamente a través de todos los medios de comunicación. Y el objetivo es el mismo: polarizar a la ciudadanía.

¿Acaso han desaparecido los conciliadores respetuosos con las diferencias? No, aunque van en caída libre. La bandera de los conciliadores es la bandera blanca


Las tormentas de arena tienen un gran potencial.

    Una bandera blanca conciliadora izada en un territorio dice poco, pues hemos aprendido que cuando se ha hablado de la paz casi siempre es para invadir, para imponerla. ¿Se puede imponer la paz batallando? Pues al parecer sí, aunque yo no lo comprenda a pesar de reflexionar sobre el tema, como tampoco alcanzo a entender que den el Premio Nobel de la Paz a presidentes de gobierno que hacen la guerra. Y lo intento, infructuosamente,  pero mi pobre mente no da para más. Limitada que es una, como humana, y yo debo serlo en su totalidad.

    Escuchando el tema de Battiato, hay un verso con una una imagen muy potente y reveladora para mí: "en el puerto ondea la bandera blanca". Antes de izar la bandera blanca hay que construir un puerto abierto que acoja a navegantes y a náufragos. 

    Creo que ante la radicalización es necesario y urgente construir puertos. Puertos solidarios y faros que ofrecen refugios seguros señalizados por las banderas blancas. 

Ante la horda de piratas, una red de puertos con banderas blancas es la mejor victoria.   

Comentarios

Entradas populares de este blog

Alegaciones a la Ley de Seguridad Nacional